Joe
Broderick, gran conocedor del ELN, hace un retrato descarnado de esa guerrilla
y explica por qué será tan difícil alcanzar un acuerdo de paz con ella.
Por: Redacción Revista Semana.
Joe
Broderick explica por qué el ELN no negociará paz "Este es un momento poítico muy
excepcional para la paz. Pero el ELN no entiende las coyunturas y lo ve como
una trampita más de la burguesía para acabar la lucha popular" Foto:
Daniel Reina Romero
Joe
Broderick nunca quiso ser un experto en el ELN, pero desde hace 40 años, cuando
se convirtió en el biógrafo del cura guerrillero Camilo Torres, se convirtió en
una de las personas que más conoce ese grupo insurgente. Hace más de una década
publicó también una biografía del cura Manuel Pérez, titulada El guerrillero
invisible. Durante estas décadas ha seguido con gran agudeza el devenir de los
elenos y es una de las voces más críticas al respecto, con conocimiento de
causa. En esta entrevista expresa su escepticismo sobre un eventual proceso de
paz con esa guerrilla.
Por solicitud
del ELN el gobierno ordenó buscar los restos de Camilo Torres. ¿Qué importancia
tiene este gesto?
JOE BRODERICK: El país tiene
derecho a saber dónde están los restos de Camilo porque él fue un héroe
nacional. Pero la verdad no lo creo fácil. Quien sabía dónde estaba su cuerpo
era su hermano Fernando Torres, quien era un hombre reaccionario. Es por eso
que el entonces coronel Álvaro Valencia Tovar le entregó los restos, para que
no trascendieran.
¿Por qué lo
considera un héroe?
J.B.: Porque en su momento
fue luminoso. Camilo se metió en política pero no se comportó como los
políticos. Los políticos son cínicos y él era ingenuo. Eso lo llevó a tomar
caminos errados, pero con mucha honestidad. Lo que lo hace un héroe es lo
consecuente que era consigo mismo.
¿No es
paradójico que se llegue primero a un acuerdo de paz con las
Farc que con el
ELN?
J.B.: No. Las Farc siempre
ha sido un grupo político militar. Han manejado la política de manera muy
astuta. Hay que recordar cómo respondieron cuando por primera vez un
presidente, Belisario Betancur, decidió darles un tratamiento político y no
como un grupo de delincuentes. Cómo manejaron las armas y las urnas
simultáneamente. Los del ELN rechazaron esa oferta porque ellos no tienen idea
de la política. No entienden las coyunturas políticas. Para ellos todos los
gobiernos son iguales: la burguesía de siempre con diferentes caras.
¿En qué se
diferencian los elenos de las Farc?
J.B.: En dos cosas. La
primera es el origen. Las Farc son un movimiento raizal campesino que fue
llevado a defenderse de los terratenientes godos y liberales, y que luego de
los bombardeos se convierte en guerrilla. Eso les da una gran fuerza. Además
estuvieron encabezados durante 40 años por alguien muy singular: Manuel
Marulanda. Un hombre de gran inteligencia, conocedor del país y de las
políticas del gobierno, y con una evidente habilidad para la guerra de guerrillas.
El
ELN, en cambio, nació de un grupo de estudiantes pequeñoburgueses idealistas,
muy entusiasmados –como lo estábamos todos en esa época– con la revolución
cubana. Ellos hacen entrenamiento militar en Cuba y vienen como paracaidistas a
buscar campesinos para convertirlos en su tropa. Y los campesinos, incluyendo a
Gabino, son de alguna forma utilizados por ellos.
Pero hay
quienes creen que el ELN es más político que las Farc…
J.B.: Yo creo honestamente
que el ELN no tiene habilidad política ni militar. Hace poco leí una entrevista
con Antonio García en El Espectador, un hombre del comando central que según
entiendo domina sobre Gabino. Tú lees esa entrevista y no sacas nada. Que sí,
que no, que tal vez. De otro lado, se llaman Ejército de Liberación Nacional
pero yo sinceramente creo que no son ni Ejército ni de Liberación ni Nacional.
Explíquese…
J.B.: Hace como dos años
dije en un programa de televisión que no creía en las conversaciones con el ELN
porque no estoy seguro de que el comando central de esa organización tenga
injerencia sobre sus bases. Siempre he tenido la impresión de que el ELN es una
federación de frentes vagamente unidos por su adhesión a las tres letras, a la
imagen de Camilo y a algunos símbolos. Pero no son una organización piramidal
como las Farc. Cada uno de los frentes de las Farc tiene cierta autonomía y
cometen barbaridades, pero a la hora del té hay una dirección que se impone
sobre ellos.
¿Y por qué
dice que no tienen habilidad militar?
J.B.: Cuando hice mi libro
El guerrillero invisible, sobre el cura Manuel Pérez, me contaron que en algún
momento él decidió formar un ejército. Entonces crearon una compañía que tuvo
una acción conjunta con las Farc, en un intento de tomarse un cuartel en el
Bajo Cauca. La acción fue un fracaso y murieron muchos del grupo. A partir de
eso, el padre Pérez decidió que no seguía con esa compañía porque no podía
sacrificar vidas así. Entonces eso no es un ejército sino una vaga federación
de gente armada.
Si no hacen
la guerra ¿cuál es el fuerte del ELN?
J.B.:
Se dedican a ejercer su concepto de política: adoctrinar, concientizar,
despertar a la gente de las causas de su opresión. Una tarea de educación
válida y supongo, que la hacen bien. Lo que no sé es para que tienen que
hacerla con armas en la mano.
¿Se puede
considerar al ELN el heredero de Camilo Torres?
J.B.: Ellos hablan como si
Camilo hubiese sido su fundador, pero eso no es cierto. Lo que sí es cierto es
que están muy influenciados por el ethos cristiano que les dieron Camilo, el
cura Pérez y muchos otros curas, monjas y seminaristas. Realmente el valor para
ellos no es la capacidad de tener éxito político, sino los valores religiosos
como la entrega, el sacrificio, la abnegación.
Eso hizo al
ELN menos cruel que a las Farc…
J.B.: En cierta forma. Un
eleno que conocí en La Habana me resumió todo en una frase: queremos hacer la
guerra sin los vejámenes de la guerra. Ellos quieren hacer la guerra sin matar
la gente, sin hacer daño. Eso resume su gran contradicción. Ni las Farc ni el
Ejército dirían eso porque saben que la guerra es para vencer o morir.
¿Cuál es la
otra diferencia con las Farc?
J.B.:
Las Farc no se fundaron con la idea de tomarse el poder sino de defenderse de
los atropellos. El ELN, en cambio, quería tomarse el poder por las armas, como
Fidel y el Che Guevara. Ahora se han cambiado los papeles. Las Farc llegaron a
creer que podían tomarse el poder central de Colombia y Uribe le puso fin a ese
sueño. Pero a nadie se le ocurre que el ELN quiera tomarse el poder.
¿Entonces no
cree que se pueda llegar a firmar un acuerdo con el ELN?
J.B.: Yo traté a los
principales jefes del ELN cuando hice mi libro sobre Pérez. Lamentablemente no
pude hablar con Gabino, que es el más sensato de ellos, por no decir el único.
Los del ELN rechazaron mi libro porque tiene algunas críticas a su proceder y
ellos no aceptan críticas. No aceptan el diálogo. En mi larga vida yo he
tratado con mucha gente y nunca he visto gente menos dialogante que ellos. No
son negociadores.
¿Qué pasará
con el ELN si las Farc firman este año un acuerdo de paz?
J.B.: Uno puede esconderse
durante años en un monte y matar de vez en cuando a unos soldados, pero no
vencer. Las Farc se dieron cuenta de eso. En un tiempo tuvo sentido que la
guerrilla estuviera en el monte. Ya no. Porque como dijo una vez León Valencia,
la guerra de ahora es para los dormidos. Con un chip que tienes en la bota te
bombardean cuando estás dormido. Claro que hacen estorbo para el Estado y mucho
daño. Se convertirán en una piedra en el zapato.
¿Dejarán
pasar este momento?
J.B.: Este es un momento
político muy excepcional. Pero por esa actitud de no entender las coyunturas
ellos lo ven como una trampita más de la burguesía para acabar con la lucha
popular. De pronto hasta tienen razón…
¿Entonces el
diálogo con el ELN no va para ningún lado?
J.B.: Lo veo muy difícil.
Las Farc entendieron que tenían que negociar con el Estado y en esa lógica si
usted cede algo yo cedo algo. El ELN quiere hacer una conversación entre los
que detentan el poder –sustentados por la oligarquía y el imperio– y el pueblo.
Ese es un concepto muy jodido.
SEMANA: Pero sin el
ELN la paz es incompleta.
J.B.: La paz es incompleta
de todas maneras.
Y ¿qué
consecuencias tendría que no haya paz con el ELN?
J.B.: Sería lamentable
porque justificaría que el Ejército siguiera con su financiación para combatir
a los insurrectos, en lugar de hacer lo que debe hacer, que es ir a las
fronteras. El conflicto interno sigue de todos modos con las bacrim, los
narcotraficantes y todos los causantes de la violencia. La paz no se va a
conseguir en La Habana. Allá se está dando un buen paso, pero es mejor que la
gente no hable tanto de paz. Porque la paz está muy lejos.
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